- ¿POR QUÉ SUFRIMOS? -

Alfred Adler decía que todos nuestros problemas tienen que ver con los demás. Tanto es así, que durante toda nuestra vida libramos una eterna batalla: lo que yo soy frente a lo que se supone que debería ser.

Como en toda batalla, siempre hay un momento en el que el protagonista principal se ve acorralado, contra las cuerdas, sin saber qué hacer. Y es ahí donde realmente empieza su historia. La historia de una persona que, a punto de perderlo todo, decide tomar el control de su vida y sobreponerse a la adversidad. Eso, es Psicología.


La Psicología es ser capaz de dar perspectiva a una historia que está por comenzar. Una historia de superación en el que el protagonista transforma su dolor en aprendizaje. Y, para ello, tener a alguien que le acompañe en ese proceso y le de herramientas resulta diferencial.

¿Cómo se trabaja esto en sesiones? Pues a través de 3 puntos clave.


El primer punto es aceptar. Tener un lugar seguro en el que puedo bajar los brazos y dejar de pelear. Un lugar en el que puedo ser yo mismo, sin miedo a sentirme raro o a que me juzguen.

El segundo punto es cambiar de perspectiva. Porque la felicidad es lo que quiero menos lo que tengo, y si soy capaz de gestionar estas 2 variables, ser feliz será un camino mucho más sencillo.

El tercer y último punto es actuar. Poner en práctica todas las herramientas aprendidas para que el cambio se haga real.

Este marco de acción y reflexión tiene que ver con la Psicología Humanista, una corriente donde lo importante es una cosa: la persona.